miércoles, noviembre 02, 2005

PrImAvErA De pRaGa



A comienzos de los años 60 del siglo XX se incorporaron al Partido Comunista Checo hombres dotados de una ideología reformista, partidarios de mantener el sistema socialista pero limpiándolo de sus adherencias soviéticas y de la burocracia existente, inerte e inútil. De 1963 a 1968 los sectores más reacios a las reformas encabezados por el presidente Antonin Novotny se impusieron sobre los reformistas. A las propuestas aperturistas de los dirigentes políticos comenzaron a unirse la de los miembros de las elites intelectuales. En 1967, en el IV Congreso de Escritores destacadas figuras de la vida intelectual checa se negaron abiertamente a aceptar la disciplina que trataba de imponerles el poder. La reacción represora fue rápida y contundente: sanciones, expulsiones del partido, etc, aunque el férreo liderazgo de Antonin Novotny había sido tocado de muerte, presentando su dimisión como primer secretario del partido el 5 de enero de 1968 y señalando al eslovaco Alexander Dubcek como su sucesor, quien fue apoyado por unanimidad dentro del Partido, aunque no contaba con el beneplácito de Moscú. Las primeras medidas del nuevo equipo del Comité Central del Partido fueron encaminadas a satisfacer las reivindicaciones del pueblo eslovaco hasta entonces acalladas, seguidas de una serie de actuaciones liberalizadoras que fueron apoyadas por los medios de comunicación favoreciendo el levantamiento de la censura el día 5 de marzo y provocando que el día 22 de dicho mes Antonin Novotny abandonara la Presidencia de la República, sustituyéndole el general Ludvik Svoboda. En abril de 1968, en la conocida como Primavera de Praga, el Comité Central del Partido Comunista Checo aprobaba un ÒPrograma de AcciónÓ que resumía los fundamentos de aquel socialismo de rostro humano que los nuevos dirigentes comunistas habían asumido como fin primordial de su actividad. Entre las propuestas destacaba una cierta liberación económica, la creación de un sistema pluralista de partidos políticos con el socialismo como plataforma, el desarrollo de una democracia socialista, la garantía de la autonomía e independencia de los sindicatos y el reconocimiento del derecho a la huelga, la igualdad entre todos los pueblos (checos, eslovacos). En política exterior se afirmaba la soberanía del Estado, mantenimiento de la cooperación con la URSS y los países del Pacto de Varsovia, y se estrechaban contactos con otros estados. En materia cultural y religiosa se garantizaba la libertad de culto, creación artística e investigación científica.
LA PRIMAVERA DE PRAGA

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