jueves, diciembre 22, 2005

SeGuNdO x MaYo x fRaNcEs¿?


Los disturbios en las zonas suburbanas de París continuaron anoche con la acción de comandos nocturnos. Pasaron del choque frontal a la acción de comandos nocturnos. Más de 600 autos quemados en 24 horas y comercios destruidos. Fracasó la mediación y ahora quieren la cabeza del ministro del Interior.

París, 5 de noviembre de 2005
La guerra suburbana volvió a tener el color del fuego. Más de 600 autos quemados en 24 horas, decenas de comercios devastados, 25 autobuses incendiados ; la mediación emprendida por el primer ministro francés, Dominique de Villepin, no dio muchos resultados.
Los líderes barriales que intentaron anoche frenar la revuelta sólo consiguieron evitar los enfrentamientos directos con las fuerzas del orden pero no las acciones comando que, en la madrugada, salen a quemar todo cuanto encuentran por el camino.
Los jóvenes del suburbio parisino de Saint-Denis se han propuesto continuar con la rebelión hasta obtener la renuncia del ministro francés de Interior, Nicolás Sarkozy, cuyas declaraciones exasperaron a un sector considerable de la juventud de las ciudades dormitorio.
"Hasta que no se vaya no levantamos las banderas", dice Ahmed. El joven tiene 24 años y es uno de los tantos que espera las sombras de la noche para unirse a otros grupos. Los muchachos se fueron sumando con los días a la revuelta que estalló en Clichy-sous-Bois luego de la muerte de dos adolescentes y de las frases desafortunadas del ministro de Interior. "Ese (el ministro) no va a pasar. En vez de candidato a las elecciones presidenciales lo vamos a convertir en candidato a beber la soda cáustica con que prometió limpiar los barrios suburbanos."
El tono es agrio, sin concesiones. Acostumbrados a los roces con la policía, los jóvenes de Saint-Denis sienten que su violencia ha encontrado un sentido y un objetivo : denunciar la asfixiante presión de la policía, la marginación social y el desprecio oficial. "Si quería que nos calmáramos no tenía que habernos tratado de escoria. El nos rebajó. Nos faltó el respeto. No hay razón para que nosotros respetemos el Estado que nos desprecia", dice Ahmed refiriéndose a los términos empleados por el Ministro de Interior cuando se refirió a los jóvenes de los suburbios.
Los habitantes de las localidades afectadas se encuentran "entre dos odios
", como dice un comerciante de Bobigny. "Nosotros pagamos por todo. Comprendemos a los muchachos pero no entendemos por qué destruyen lo que forma su vida cotidiana. Pero tampoco le perdonamos al ministro de Interior sus provocaciones." El ministro retiró de las zonas calientes la llamada "policía de proximidad". Estas fuerzas se habían integrado en los barrios de forma pasiva estableciendo contacto con la población.
Nicolás Sarkozy sacó a esa policía y plantó en los barrios una ostensible división encargada de reprimir. Supresión de créditos, congelamiento de las subvenciones destinadas a asociaciones sociales barriales, transformación de la policía en fuerza de ocupación, las consecuencias de esa política y de un cuarto de siglo de abandono de las zonas periféricas se convirtieron desde hace nueve días en espesas cortinas de humo y violencia.
Los jóvenes en pie de guerra en ancias de revoluciòn, representan a los casi nueve millones que residen en las coronas suburbanas de Francia. Falta de trabajo, escasa educación familiar, discriminación, esas generaciones pagaron el tributo de la "fractura" nacional que dividió a franceses "de pura cepa" y a ciudadanos nacidos en Francia pero hijos de los inmigrados.
Un responsable sindical de la policía denunció "una nueva forma de terrorismo urbano" fomentada por "una minoría de jefes con intereses financieros o ideológicos". Según Bruno Beschiza, "islamistas radicales manipularon a los jóvenes". Sin embargo, fuentes oficiales descartaron que los islamistas estén
detrás de las acciones. El Partido Socialista y algunos líderes ecologistas pidieron ayer la renuncia del ministro de Interior.
Por ahora, el jefe de Gobierno prosiguió con la estrategia del diálogo. Ayer, Dominique de Villepin convocó a 16 jóvenes oriundos de los barrios con el propósito de preparar en las próximas semanas un plan de acción destinado a los barriosperiféricos más empobrecidos. Pero la gran cintura de París arde con el fuego de la impaciencia y la frustración.


Cuando van a comprender, que la derecha no sabe gobernar, cuando van a comprender que los jovenes somos un sustento importante en esta sociedad, quisaz esta ves si alla ARENA BAJO LOS ADOQUINES; yá esta escrito:

"LaS bAriCaDaS cieRrAn LaS cAlLeS, pErO aBrEnLaS vÍaS".

1 comentario:

Anónimo dijo...

Papá cuéntame otra vez ese cuento tan bonito
de gendarmes y fascistas, y estudiantes con flequillo,
y dulce guerrilla urbana en pantalones de campana,
y canciones de los Rolling, y niñas en minifalda.

Papá cuéntame otra vez todo lo que os divertisteis
estropeando la vejez a oxidados dictadores,
y cómo cantaste Al Vent y ocupasteis la Sorbona
en aquel mayo francés en los días de vino y rosas.

Papá cuéntame otra vez esa historia tan bonita
de aquel guerrillero loco que mataron en Bolivia,
y cuyo fusil ya nadie se atrevió a tomar de nuevo,
y como desde aquel día todo parece más feo.

Papá cuéntame otra vez que tras tanta barricada
y tras tanto puño en alto y tanta sangre derramada,
al final de la partida no pudisteis hacer nada,
y bajo los adoquines no había arena de playa.

Fue muy dura la derrota: todo lo que se soñaba
se pudrió en los rincones, se cubrió de telarañas,
y ya nadie canta Al Vent, ya no hay locos ya no hay parias,
pero tiene que llover aún sigue sucia la plaza.

Queda lejos aquel mayo, queda lejos Saint Denis,
que lejos queda Jean Paul Sartre, muy lejos aquel París,
sin embargo a veces pienso que al final todo dio igual:
las ostias siguen cayendo sobre quien habla de más.

Y siguen los mismos muertos podridos de crueldad.
Ahora mueren en Bosnia los que morían en Vietnam.
Ahora mueren en Bosnia los que morían en Vietnam.
Ahora mueren en Bosnia los que morían en Vietnam.



la cancion habla por si sola onp¿?